La pandemia no ha permitido hasta el 2 de junio, algo más de un año después de que falleciera el 19 de febrero de 2021, rendir el homenaje que merecía D. Marino Martínez Pierrugues (Santander, 1941), presidente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga entre 1994 y 2007, Presidente de Honor de la corporación, vicepresidente del Consejo Andaluz, entidad de la que también recibió la Medalla de Honor, al igual que lo hizo del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.

 

Un céntrico hotel de la capital malagueña acogió el acto ‘In Memoriam’ en una tarde-noche en la que casi un centenar de amigos, compañeros y familiares quisieron recordar a D. Marino Martínez, recuperando vivencias como las relatadas en la totalidad de las 15 intervenciones que se realizaron. Se pudieron escuchar parlamentos de Andrés García Maldonado, representante de la familia; compañeros de su Junta de Gobierno como Leandro Martínez (ausente por motivos profesionales, pero se leyó un escrito suyo ante los presentes), Vicente Blanch Navas (Colegiado de Honor del ICOFMA), Francisco G. López Parrilla, Carmen Villafranca Porras o Ana Vila García; y de la actual como el propio presidente, Francisco Florido Alba (también formó parte de la Junta de Gobierno de D. Marino Martínez), Ángel Martín Reyes, Juan José García García y Manuel Esteban García Fernández; María Dolores Ruiz López, en representación del laboratorio colegial; el Colegiado de Honor, Antonio Fontana Goría; el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, Manuel Pérez Fernández; compañeros de profesión como Gonzalo Rico Jiménez (intervención leída por su hija, Conchita Rico); la que fuese presidenta del Consejo General, Carmen Peña -no pudo asistir y en su lugar leyó un escrito suyo, Ángel Martín Reyes-, el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Farmacéuticos, Antonio Mingorance Gutiérrez; o su hijo mayor y también miembro de la Junta de Gobierno, Marino Martínez. 

Pero sin duda, uno de los momentos más emotivos fue tras finalizar el acto, cuando el propio Francisco Florido entregó a la viuda de Marino Martínez, Marisa González, un ramo de flores para poner el punto final al acto más protocolario y que, tras varias fotos con la familia y todos los intervinientes, finalizó con un tiempo más distendido de charla entre todos los asistentes.